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| Mirador de Isabel II - Loja |
Amanece un día propio de Enero, claro y helaero, de ese que hace estragos en las orejas. Bien abrigaditos, dejamos un coche en el aparcamiento del Restaurante Manzanil-Polígono Industrial y, con otro vehículo, nos dirigimos hasta el aparcamiento del Hotel Cafetería Manzanil, que se encuentra en frente del cuartel de la Guardia Civil. Desde este punto iniciamos nuestro caminar de esta ruta "casi circular".
Dirigimos nuestros primeros pasos hasta el Mirador de Isabel II que nos sitúa frente a la aún adormecida ciudad de Loja, al sol perezosamente estirada a nuestros pies. Un repique de campanas llama a misa a los creyentes. La fortaleza de la Alcazaba se nos muestra en todo su esplendor, trayéndonos al recuerdo historias de moros y cristianos de antaño, protagonizados por el alcaide Aliatar, suegro del mismísimo Boabdil. Desde allí cruzamos la carretera, para dirigir por el paseo nuestros pasos hacia el Barranco del Confín, ascendiendo por un serpenteante sendero, primero entre pinos y luego por bosque mediterráneo hasta el Manantial del Confín que está totalmente seco. Aunque ha llovido bastante, la tierra estaba tan reseca que no se anima a verter sus aguas por fuentes y manantiales.
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| Barranco del Confín |
Desde el Confín, seguimos subiendo sin esfuerzo, por un sendero muy bien trazado hasta quedar a los pies de la autovía A-92, que atravesamos por un sorprendente túnel que se nos antoja puerta galáctica a otros mundos, y qué cómodamente nos permite atravesar por debajo de la gran autovía. Al final del túnel, giramos a la izquierda para llegar hasta la vía de servicio primero y después al paraje en donde se encuentra la Majada del Músico. A la derecha sube el carril hacia el Charco del Negro y al corazón de la Sierra de Loja; nosotros seguimos de frente por la la vía de servicio hasta llegar a una puerta que da acceso a una zona de campeo enclavada en medio de un esbelto pinar todo recubierto de mullido musgo.
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| Sendero de las Emes |
Con cuidado de no resbalar en los tramos descongelados y superando los primeros escalones de piedra caliza, llegamos al claro y definido sendero de las Emes, iniciando ahora la fuerte subida de este clásico sendero, encajado entre el Cerro de las Monjas a nuestra izquierda y el Cerro de Periquete a nuestra derecha. Con ritmo constante y alguna parada para recuperar el resuello y disfrutar de las panorámicas, vamos cogiendo altura, ya que los 540 msnm a los que estábamos al principio se convertirán sucesivamente en los 949 msnm del Llano de la Cruz y finalmente en los 1021 msnm a los que se encuentra el hito de la jornada: la Cruz del Periquete.
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| Cruz del Periquete |
Al pie de la cruz, ya arriba, toca disfrutar del paisaje que se nos ofrece espléndido a vista de pájaro y tomar un ligero refrigerio que nos permita recuperar energía para el momento de regreso. Después de las fotos de recuerdo, reemprendemos la marcha, buscando el amplio y pedregoso sendero que en suave descenso nos devuelve al Llano de la Cruz, para pasar por la gran majada allí existente. El sendero se torna en carril, que se encuentra en muy buen estado y que claramente desciende en fuertes rampas entre los Cerros de Picharra a la derecha y los Cerrillos del Pilón Terrizo.
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| Majada de las Alizonas |
Girando finalmente a la izquierda por el asfaltado carril de Playares, llegamos hasta el Nacimiento de las Pasaderas, abundante a pesar de la sufrida sequía, cristalino y fresco. Una vez más nos sentimos abrumados por la generosidad de la Madre Natura.
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| Nacimiento de las Pasaderas |
A buen ritmo seguimos por el carril de Playares, pasando sucesivamente por el Nacimiento y Fábrica Embotelladora de la Presa y, ya en ascenso bajo el túnel que nos permite superar de nuevo a la autovía del A-92. Dirigimos nuestros últimos pasos por la tapia del cementerio de Loja, llegando de vuelta al aparcamiento del Restaurante Manzanil-Polígono Industrial, punto en donde damos por finalizada esta bonita ruta por la Sierra de Loja.
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