Esta Tercera Ruta de las XXI Jornadas de Senderismo Maleno 2.023 - 2.024, nos introduce en la Comarca de la Serranía de Ronda, así como en el Parque Natural de la Sierra de Grazalema, en la provincia de Málaga, permitiéndonos recorrer parajes de una rica biodiversidad, teniendo como referencia al curso del río Guadiaro, combinando paisajes de dehesa en los que abundan los chaparros y encinas, los alcornoques, robles y quejigos, a la vez que espectaculares bosques de ribera junto al rio, que incluyen frondosos ejemplares de sauces, chopos, alisos, fresnos, zarzamoras, hiedras, rosales silvestres y diversas especies de helechos.
En definitiva, un ecosistema muy rico y diverso que proporciona un hábitat ideal para una gran variedad de flora y fauna, haciendo todo este terreno ideal para practicar el senderismo en gozoso disfrute con la Naturaleza, a la que debemos acercarnos siempre con respeto y afán protector.
Partimos bien tempranito del Poniente Granadino para, en sendos autobuses, desplazarnos hasta la Serranía de Ronda y en concreto a la localidad de Jimera de Líbar, que es desde dónde iniciamos, a primera hora de la mañana nuestro caminar. Hace un día espléndido, con alguna niebla condensada en el profundo valle por el que transcurre el río Guadiaro hacia el que dirigimos nuestros pasos, presintiendo que se nos viene encima una hermosa jornada.
Ascendemos por las empinadas rampas del pueblo de Jimera de Líbar, una localidad de apenas 300 habitantes, que se nos antoja desértica, de calles blancas, muy limpias y adornadas, emanando un sabor cargado de rústicos y tradicionales detalles, muy alejados, por suerte, de los pertinaces desvaríos que sufren las grandes urbes.
En la Plaza del Ayuntamiento y en las gradas de la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Rosario (siglo XVIII), encontramos un magnífico lugar para, en divertido momento, inmortalizar a todos los asistentes que bien pertrechados y abrigados posan alegres.
Caminamos hasta llegar al maravilloso Mirador de la Sierra, que se asoma a la Sierra de Grazalema y en la que encontramos una grandiosa estatua-cabeza de Fray Leopoldo de Alpandeire, espectacular escultura en bronce de 1'70 metros de altura, obra del escultor local Aurelio Jaén, inaugurada el 9 de Febrero de 2.018.
Comenzamos el descenso por el sendero que el fraile usaba para dirigirse hasta la Estación de Jimera de Líbar y allí coger el tren que lo llevaba de vuelta a la ciudad de Granada en donde tenía su convento o viceversa.
Abandonamos las calles y plazas de Jimera, tomando el antiguo camino que desciende hacia la Estación ferroviaria, con la vista puesta en las grandiosas panorámicas de la Sierra, pero sin perder un ápice de atención en el suelo, muy empinado y resbaladizo, que vamos superando cuidadosamente, procurando así dolorosas caídas, que "haberlas, haylas". El verdor del campo y la abundante presencia de flores silvestres, lirios y gamones incipientes, hacen el resto. Parece que poco a poco vamos adentrándonos en el paraíso natural que conforma el Valle del Rio Guadiaro.
Un par de kilómetros más abajo, dejamos las construcciones de la Estación de Jimera de Líbar para seguir ahora nuestro caminar por el precioso Sendero del Rio Guadiaro que transcurre por el margen izquierdo del profundo valle. El rio ha ido conformando y cortando abruptas paredes, esplendorosamente forradas de quejigos, robles, alcornoques, chaparros y encinas. Junto al rio y paralelamente vemos las vías del ferrocarril Ronda-Algeciras. El tren esporádicamente anuncia su presencia con escandaloso ruido y fuertes silbidos que rompen la paz natural y el trasegar sonoro de las cantarinas aguas del río.
Estamos en la zona umbría de la Cañada Real del Campo de Gibraltar, que sube y baja, sorteando barrancos y arroyos, que con cuidado vamos superando, cambiando la cota de altura según precisa el terreno, regalando vistas de ensueño que hacen el disfrute de los senderistas.
El sendero, estrecho, con tramos de resbaladizas rocas, cuelga a momentos de la ladera, subiendo empinadamente por la misma, para luego jugar a llanear y después bruscamente descender hasta la misma orilla, mostrando siempre una belleza exuberante. Este tramo rompe piernas, pone a prueba la pericia de los senderistas que pasan de una maravilla natural a otra, hasta llegar a las inmediaciones de la Estación de Benaoján, en donde el Guadiaro se remansa en una inmensa poza, mostrando un amplio espacio, ideal para hacer una breve parada en la que los senderistas aprovechan sin demora para recuperar la energía perdida a base de suculentos bocadillos, reconfortantes tragos de agua y largos tientos a la bota de vino.
Continuamos la marcha, ahora por amplio carril, que aproximadamente a unos tres kilómetros más adelante y enclavado en un espeso bosque de ribera, nos lleva hasta la Cueva del Gato, destino final de nuestra ruta.
Veamos a continuación alguna información de interés sobre esta cueva:
La cueva del Gato es en realidad la boca sur del sistema espeleológico denominado sistema Hundidero - Gato, aunque habitualmente se suele conocer a todo el conjunto por el nombre de esta, su boca más famosa. Se trata del sistema más importante de Andalucía con más de 9.000 m topografiados y uno de los mayores de España, con agua permanente, simas, lagos, sifones y cierta peligrosidad debido a que las intensas lluvias de la zona hacen variar el cauce subterráneo con gran rapidez, unido a la temperatura de sus aguas, ha provocado la muerte a varias personas.
Como toda la Sierra de Grazalema, se trata de una zona kárstica de roca caliza donde el agua ha generado un impresionante mundo subterráneo. El sistema Hundidero - Gato recoge el agua de una amplia y relativamente llana cuenca que forma el río Río Guadares, también llamado «Campobuche», que nace cerca de la localidad de Villaluenga del Rosario, unos 15 km al Suroeste de la cueva de Hundidero, donde dicho río desaparecía para volver a aparecer en la cueva del Gato y confluir con el río Guadiaro.
Está considerada Bien de Interés Cultural, por sus pinturas rupestres, y Monumento Natural declarado por la Junta de Andalucía en 2.011.
La vuelta en el bus, transcurre adormilada y serena.
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