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Punto de inicio de la ruta en la era de Poyotello |
Una ruta de dulce, cortita, condensada, para chuparse los dedos, como con un pionono de Santafé.
Comenzamos esta ruta en la
aldea de Poyotello, de la que hayamos en la red la siguiente información:
"Una aldea perteneciente al municipio de Santiago-Pontones, en la provincia de Jaén. Se encuentra a unos 12 km aprox. por carretera de Santiago de la Espada, y a unos 4 km al nordeste de Pontones, dentro del Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas. Cerca de la aldea discurre el río Segura, que a un par de kilómetros al noreste se junta con el río Madera. Cuenta con una población a 1 de Enero de 2.020 según el INE de 13 personas.
El topónimo «poyo» proviene del latín 'podium', significando cerro, loma, colina, lugar orográficamente elevado. Este topónimo se encuentra muy extendido por la península ibérica. Por otro lado, Tello era un antiguo nombre castellano, hoy convertido en apellido.
A pocos cientos de metros de la aldea se encuentra la Cueva del Agua, que cuenta con un sendero señalizado. En ella nace un manantial de abundante agua, que vuelve a perderse de nuevo por la misma cueva una vez ha brotado, ya que la piedra de la que se compone la oquedad es toba, una piedra caliza muy porosa.
En el contorno de la aldea se llevan a cabo actividades ganaderas, presentando un paisaje marcado por la presencia de tinadas, cenajos o abrigos de ganado en las rocas, abrevaderos, tornajos, etcétera, con pasto gramíneo pero con ausencia de arbolado. Es una zona tradicional de paso de ganado, propia de pastoreo estival: la trashumancia."
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Aldea de Poyotello |
Paseamos por las tranquilas callejas de Poyotello (1.477 msnm), nos acercamos a conocer el lavadero y fuente del lugar, saboreando la quietud y silencio natural que nos rodea y que da la sensación de encontrarse uno en un inmenso santuario pleno de paz, para sin prisa dirigirnos hasta la gran y bien conservada era, "reconvertida" en parking, punto de inicio formal de la ruta que vamos a realizar.
Comenzamos un fuerte descenso dirección Oeste por un sendero, a veces muy erosionado, que zigzaguea para superar el fuerte desnivel de la bajada. Hay tramos de piedras sueltas y profundos regueros por lo que ha de realizarse con bastante cuidado y precaución.
Sin apenas darnos cuenta, nos vamos integrando en el inmenso y espectacular cañón por el que, caudaloso, baja el río Segura, de Suroeste a Noreste, encajonado y alfombrado de densa vegetación compuesta de grandes pinos, encinas y chaparros. A las riberas del río, se vislumbran en la distancia ancestrales huertas que aprovechaban el único suelo capaz de ser explotado y cultivado por la mano del hombre. Se ven también espesos bosques de galería, por los que más tarde, caminaremos.
A un par de kilómetros de Poyotello, nos encontramos con la entrada grandiosa de la Cueva del Agua (1.275 msnm), un espacio abierto en la pared calcárea por la que nace un caudaloso y cantarino manantial de aguas cristalinas y transparentes, recorriendo un cauce de unas decenas de metros para finalmente desaparecer dentro de la cueva buscando ocultos pasadizos que verterán sus aguas al río Segura. Recorrer respetuosamente este espacio subterráneo, sintiendo el sonido del agua deslizarse, a la vez que el trino de los pájaros que habitan en sus oscuras oquedades, produce unos instantes de magia y atractivo natural que gratifica enormemente y no son sencillos de expresar.
Nota: En términos científicos, ésta enorme oquedad natural es un nacimiento kárstico, donde sus porosas paredes, rezuman el agua filtrada desde las partes altas de la montaña. En su interior, en la parte más profunda de la cueva, se conservan restos de un “cenajo”, antigua y ancestral construcción de piedra, usada como seguro refugio para el ganado.
Una vez saciados con la visita a este espacio, proseguimos por un sendero que transcurre totalmente pegado a la pared caliza y toba del cañón del río al que vamos a acompañar a partir de ahora. Se trata de un sendero excavado y aéreo a veces, en nuestro lado izquierdo. Se han instalado unas cuerdas protectoras, a modo de pasamanos, que vienen muy bien a aquellos que sufren alguna clase de vértigo.
En este tramo, cae por la acantilada pared rocosa, una pequeña cascada. Es el Chorreón de Huerto Sotico, que vierte sus aguas sobre esta antigua huerta. Me llama la atención el trabajo preciso y primoroso: el camino, a su paso entre las paratas de las huertas, está empedrado a la perfección, para evitar caminar (hombres y bestias) por el barro, ya que ésta zona se inundaba con frecuencia.
Poco a poco, vamos descendiendo a la vez que va aumentando fuertemente el ruido del agua del río cayendo estrepitosamente. Se trata del paraje conocido como Charco del Humo (1.218 msnm). Buscamos rincones imposibles para contemplar la gran cascada de agua en la que en este sitio se ha convertido el Segura, algo que hay que hacer con habilidad y cuidado, ya que una caída puede resultar extremadamente peligrosa.
Volvemos nuestros pasos para regresar a la senda que continua bordeando el cañón, encontrando rincones y abrigos naturales en los cortados desfiladeros y cárcavas que lo forman. Bosques de ribera de sombreadas galerías formados por grandes ejemplares de nogales, higueras, almeces, chopos, avellanos, etc..., así como pequeños manantiales y cascadas que van nutriendo densas praderas de helechos, culandrillos, etc..., en un ambiente de intensa humedad que reparte vida por doquier.
Sigue el pintoresco sendero con pasamanos de cuerda, en continuo sube y baja, hasta llegar a un punto privilegiado en el que se ha construido un mirador hacia el Cañón del río Segura (1.191 msnm), que nos permite disfrutar de la grandiosidad del entorno. Es un lugar perfecto para tomarse un respiro y echar algo al cuerpo.
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Mirador del Cañón del río Segura |
Reiniciamos nuestro caminar por la senda, ya en franco descenso, pasando por parajes como el Puente de los Palotes y en la orilla contraria el Pilón de las Águilas, un inmenso farallón de lisas paredes que dan cobijo a una multitud de buitres leonados que planean incansables por encima de nuestras cabezas. Sin dudarlo, son momentos en los que nos sentimos afortunados de encontrarnos allí y casi olvidamos el hecho de caminar.
Ya abajo, el sendero se convierte en ancho carril y sin apenas darnos cuenta llegamos a la fuente y aldea de Huelga Utrera (1.080 msnm, antiguamente llamada Hierbabuena). Un remanso de paz, donde la Naturaleza se muestra exuberante y la belleza del paisaje deslumbra al asombrado visitante. Los cuatro abundantes y frescos caños de la fuente y la extensa y densa sombra que regala la copa de un nogal (tiene al día de la fecha 72 años), así como la relajada charla con unos lugareños ponen el punto final a esta encantadora y reconfortante ruta de ensueño, pequeñita y dulce, nos ratificamos, como un pionono de Santafé.
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A la sombra del nogal y fuente de Huelga Utrera |
"Huelga Utrera es una aldea típicamente serrana. Se encuentra en las juntas de los ríos Segura y Madera, recorrida por arroyos en sus calles muy bien canalizada para regar los innumerables huertos de este pequeño enclave humanizado, con todas sus calles asfaltadas. Tiene en torno a 20 habitantes."
Nota final: El 14 de Enero de 1.981, Inocente Flores Taiste, de 80 años de edad y Alcalde pedáneo de la aldea de Huelga Utrera (durante mucho tiempo, el Alcalde más antiguo de España, ya que lo fue desde la Dictadura de Primo de Rivera con Alfonso XIII, pasando por la II República, la época de Franco y con Juan Carlos I), es recibido en audiencia por el rey Juan Carlos l y la reina doña Sofía.
- Senderistas: 2 y la perrita Muesli.
- Recorrido: Lineal, 9,3 kms.
- Itinerario: Poyotello - Cueva del Agua - Charco del Humo - Abrigo Natural - Mirador Cañón río Segura - Puente de los Palotes - Pilón de las Águilas - Huelga Utrera.
- Tiempo: 2 horas 49 min en movimiento - 3 horas 25 min en total.
- Acumulado: 93 m subiendo - 609 m bajando.
- Velocidad media en movimiento: 3,7 kms/h
Ver y descargar el track de la ruta:
Nota: Expresamos nuestro sincero agradecimiento a Luis C. Alcázar Morales, autor de los vídeos de la Cueva del Agua y del Charco del Humo, por permitirnos hacer uso de ellos.
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