El domingo, 12 de marzo, realizamos la quinta ruta de las XX Jornadas de Senderismo Maleno, volviendo a Archidona para acercarnos a ese precioso enclave conocido como la Hoz del Arroyo Marín, o simplemente, la Hoz de Marín.
Un nutrido grupo cercano al centenar de senderistas, se desplazó a la primera hora de la mañana hasta el punto de inicio de la ruta, inmersos en una espesa niebla a la que el sol, a duras penas, comenzaba a romper. La temperatura agradablemente fresca y el ambiente alegre que emanaba de los senderistas, hacia que se pudiera pronosticar una magnífica jornada de senderismo.
Antes de nada veamos alguna información sobre este singular paraje:
La Hoz de Marín es un desfiladero con forma de hoz, excavado por el arroyo Marín y situado en el término municipal de Archidona en la provincia de Málaga, comunidad autónoma de Andalucía, España. Tiene una superficie aproximada de 662 ha de terrenos arcillosos principalmente.
Se trata de un espacio de interés ecológico, que acoge un bosque de pino carrasco autóctono y alberga numerosas especies protegidas, entre las que destacan el águila perdicera, el búho real, el azor y el rabilargo, además de mamíferos como la jineta y la garduña. El bosque de ribera se compone de álamo blanco y negro, fresno de hoja estrecha, olmo común, majuelo, rosal silvestre y zarza común. Las laderas del cañón se componen de matorral mediterráneo como matagallo, romero, tomillo, cistáceas, hiniestas y retama. (Wikipedia)
Iniciamos nuestro caminar en la gran explanada que da acceso a la cantera de Los Molinillos, caminando unos metros por el arcén de la carretera comarcal A-7202 para inmediatamente cruzarla justo en donde está el cartel indicador de Sendero Arroyo Marín y girando a la derecha comenzar un suave descenso por la orilla izquierda del Arroyo Marín, que desde el primer momento será nuestro referente e hilo conductor.
Abrazamos la cantera, con el arroyo a nuestro lado derecho, para caminar cómodamente por un amplio y bien cuidado carril, sumergido en un precioso bosque mediterráneo, pleno de chaparros, y plantas propias de este bosque, mientras que al lado derecho se despliega el bosque de ribera por el que vemos transcurrir mansamente el agua del arroyo.
Al kilómetro y medio aproximadamente, dejamos el cómodo carril, tomando un sendero "de cabras" que nos aparece a la izquierda y que sube en momentos de forma muy empinada. Poco a poco, y sin escatimar esfuerzo, vamos cogiendo altura transitando por un precioso bosque en el que se mezclan pinos carrascos con frondosas encinas y chaparros, teniendo en su base grandes ejemplares de aulagas, matagallos, romero y tomillo..., los que con una mayor o menor presencia serán nuestros acompañantes en todo el recorrido. Sin prisa, sin pausa y con los momentos de respiro precisos, vamos ascendiendo desde el corazón del valle del arroyo a los 600 metros aproximadamente de altura, hasta más de los 800 metros, en muy poco espacio de terreno, llegando a un cortafuegos que tomamos a la derecha para acceder finalmente a un lugar estratégicamente situado, en el que se encuentra el gran Mirador de la Hoz de Marín.
Es este sitio un lugar muy adecuado para tomarse un respiro, agrupar a los senderistas y descansar tomando un trago de agua y algo de avituallamiento, a la vez que aprovechar para contemplar el bello paisaje, abierto a todas las direcciones, con panorámicas espectaculares de todo el entorno en el que se divisan en el horizonte y al sur la Sierra de Loja, Gibalto, Sierra de San Jorge, Sierra de los Camarolos y Sierra de las Cabras. Al oeste, la Loma del Pinar, y los profundos barrancos de la Hoz de Marín, quedando al norte Peñas Prietas y, aunque tapada por espeso pinar, Archidona.
Es momento de contemplaciones y de fotografías para el recuerdo.
Proseguimos nuestro andar, dirección sur, sur-este, bajando con cuidado por un ancho y empinado cortafuegos, mirando hacia el cortijo de la Saucedilla que se extiende a nuestros pies. Tomamos a continuación un carril a la derecha y que nos adentra en el valle del arroyo de la Saucedilla, afluente del Marín y que más adelante se convierte en empinado, pedregoso y muy empinado sendero, bastante maltratado por la implacable erosión de motos inmisericordes con el terreno, ¡qué le vamos a hacer!.
Adoptando todas las precisas precauciones, llegamos al cauce por el que transcurre el arroyo Marín, en el que están las ruinas del Cortijo Pilatos. Seguimos ahora la dirección del curso del arroyo, para llegar a un lugar en la que el paso se cierra y tenemos que volver sobre nuestros pasos. Otro buen sitio para el ligero avituallamiento y a la vez contemplar los restos de inmensos pinos carrascos que sufrieron un pavoroso incendio en el 9 de septiembre de 2016. Todos coincidimos en resaltar lo bien que se va recuperando la cubierta vegetal, aunque lamentamos la pérdida del pinar, que sentimos no volverá a ser lo que antes del incendio era. ¡Qué fácil resulta destruir y qué difícil recuperar los árboles! ¡Qué pena de la maltratada Naturaleza!
Regresamos nuestros pasos hasta el derrumbado Cortijo Pilatos, para algo más arriba, en un cruce muy bien señalizado, desviarnos a la izquierda por un maravilloso sendero que poco a poco y junto a la orilla derecha del arroyo va subiendo dirección norte. Amplias praderas y sombreados álamos blancos, olmos y fresnos, nos van regalando sombra, hasta llegar a un amplio carril, que en fuerte pendiente, nos sube hasta las primeras calles de Archidona.
Toca callejear hasta la popular Plaza Ochavada en Archidona, donde damos por terminada esta preciosa ruta, con un gratificante refrigerio y cariñosa acogida de los vecinos.
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