Este descenso desde Pradollano en el Parque Nacional de Sierra Nevada, se ha convertido en un clásico que anualmente nos encanta realizar y que nos permite disfrutar de esa forma de la transición de todos los aspectos que ofrece la media y baja montaña en toda su intensidad, con su diversidad de paisajes y sus correspondientes variaciones de flora y fauna, nada más por ello, bien merece la pena su realización.
En ediciones pasadas nuestro final de etapa estuvo en la localidad de Monachil teniendo como hilo conductor al rio de Monachil, en esta ocasión seguimos el mismo valle pero con la variante de que el final de etapa rodea a la mole del Cerro Huenes, para terminar en La Zubia.
Salimos desde Pradollano, siguiendo el valle del rio Monachil y superando en continuados subes y bajas los barrancos de El Castillejo, el de Prado Redondo, el de Manuel Cózar, el de la Genara, el de Maguillo, el de Riscas Negras, el de la Mojonera, hasta llegar al Collado de Matas Verdes, un viso que nos ofrece el cambio de paisaje y que nos permite dejar a nuestra espalda el valle del río Monachil, para comenzar a vislumbrar los terrenos dolomíticos del Cerro Huenes y del Trevenque, el rey de la media montaña, que majestuoso desde ahora podemos disfrutar desde ángulos espectaculares.
Igualmente, el tipo de vegetación varía ostensiblemente, dando paso a otro tipo de flora en la que el piorno y el roble, se sustituye por espectaculares pinares.
Superado el collado de Matas Verdes, descendemos por un sendero orientado al noroeste hacia el collado Ruquino y El Collado, por un terreno eminentemente arenoso. Localizamos después a la fuente-abrevadero que se esconde entre los arenales del cerro Cocón, que nos permite repostar agua, el único punto en el que podemos hacerlo en esta parte de la ruta.
Atravesamos campo a través un espeso bosque de pinos hasta llegar a un ancho carril que en la misma dirección se dirige hacia el cortijo de Fuente Fría, descendemos por la seca Fuente Fría para hacer una breve parada en el viejo y abandonado refugio forestal de Fuente Fría, que da cobijo a una importante colonia de murciélagos, razón por la cual debemos pasar por allí sin molestarlos, ya que se trata de una especie protegida.
Es este momento el adecuado para recordar a Blas "El Garduña", protagonista de ese hermoso libro "La tierra desnuda", de Rafael Navarro de Castro, cuya lectura nos ha servido para ver y conocer estas tierras con otros ojos. Desde aquí, nos atrevemos a recomendarlo.
Dejamos Monachil al noroeste y caminamos bordeando el Cerro Huenes dirección oeste para pronto dejar este sendero, girando a la derecha, al suroeste afrontando un fuerte y complicado descenso entre pinos, por un sendero muy empinado con abundante piedra suelta y continuados zigzags. Se trata de la bajada de Quebrantajares, que trabajosamente nos pone al pie del Cerro Huenes, justo en el cauce del seco arroyo Huenes.
Cambiamos a la otra cara del valle, subiendo ahora por la ladera contraria plena de almendros, y subiendo poco a poco dirección oeste primero y noroeste después, para llegar hasta el paraje de pinos de Cumbres Verdes, haciendo una reconfortante parada en el restaurante de La Guitarra que nos permite recuperar la perdida energía.
Finalmente, por entre los pinos y teniendo la carretera a nuestra izquierda, descendemos sin pausa dirección noroeste llegando al pilarillo en las puertas de la localidad de La Zubia, punto en el que damos por terminada esta preciosa ruta.
Pensando en la próxima edición, decidimos la vuelta por el paraje de La Cortijuela, pero bueno, eso será motivo para otra aventura.
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