Ruta del río Cebollón: De la Resinera a la cascada del Puente Monticana

Aparcamiento Centro Información La Resinera

Apenas eran las 8 de la mañana cuando dejo el coche en el aparcamiento del Centro de Información del Parque Natural de las Sierras de Almijara, Tejeda y Alhama, situado en las restauradas dependencias de la Resinera (871 msnm), a caballo entre las localidades de Fornes y Arenas del Rey.  

En este lugar, la empresa Unión Resinera Española, instaló sus dependencias, en 1.902, entre los ríos Cacín y Cebollón, con el objetivo de realizar el aprovechamiento de la riqueza forestal de la Sierra de Almijara, tanto en madera como en resina. De la resina de los pinos (pino pinaster o pino resinero) se obtenía la trementina que, posteriormente, se transformaba en aguarrás y colofonia. La fábrica contaba, además, con un aserradero para el aprovechamiento maderero. Durante el siglo XX, La Resinera de Fornes, se constituyó como una pequeña colonia habitada, contando con algunas viviendas, escuela y una capilla. A un centenar de metros también había un Cuartel de la Guardia Civil. 

La Resinera

El cierre de la fábrica, en 1.976, estuvo auspiciado no solo por la baja demanda de estos productos, sino por el gran incendio del 20 de agosto de 1.975, que duró cinco días, y que afectó a 12.000 hectáreas, la mayor parte de ellas de la resinera. 

Después de esa fecha, todo el complejo de La Resinera entró en decadencia, hasta que posteriormente, a lo largo de los años se ha procedido a su rehabilitación como dependencias del Parque, así como sede de un Centro de Defensa  Forestal con helipuerto incluído.

Vadeo río Cacín

Con toda esa información dando vueltas en la cabeza, busco un cortavientos en la mochila, ya que a esas horas la temperatura de unos 9º, hace que el cuerpo sienta una desagradable sensación de frío. Empiezo a caminar dirección sureste, cruzando por un puentecillo el río Cacín, que posteriormente, unos metros más abajo recoge las aguas del río Cebollón, hacia el que me encamino, girando a la izquierda por un espacioso carril, en tramos cementado que va bordeándolo. Esa va a ser la tónica de la jornada, bordear por un lado o por otro el cristalino río, de aguas transparentes y de un lecho de roca caliza, que lo hace más límpido si cabe.

Camino por el ancho carril, que se retuerce en amplias curvas para ir cogiendo altura suavemente. Paso junto a los restos de una vieja calera, herencia del pasado, de cuando se preparaba la cal, para dar blancura a las fachadas y desinfectar las casas. Tomo un sendero que aparece en el lado derecho, junto a una valla y que viene de maravilla para evitar una gran curva que hace el carril, para acabar desembocando de nuevo en el mismo, después del recorte.

Cartel informativo en cruce. Tomamos a la derecha

Algo más adelante, llego hasta un gran cruce, en el que se encuentra situado otro cartel informativo (911 msnm) relacionado con la explotación resinera. El carril de la izquierda ascendente, se dirige hacia las inmediaciones del aeródromo de defensa forestal de Fornes. Yo giro a la derecha, para entre fantásticos ejemplares de pino pinaster o resinero, ir descendiendo suavemente, a la vez que entro de lleno en el valle del río Cebollón, objeto de esta ruta. A partir de ahora el carril y luego sendero se mete de lleno en un denso pinar, pleno de grandiosos ejemplares. Es el momento de disfrutar de una de mis aficciones: abrazar a un árbol para conectar con la Madre Natura.

El río Cebollón nace en la confluencia del barranco de la Culebra y el de las Alfajas (Monticana), prácticamente en su cabecera, donde se encuentra la espectacular cascada del puente de la Monticana. Discurre durante unos 10 kilómetros en dirección Noroeste, hasta cerca de La Resinera donde se une al río Algar. Y ambos acaban entregando sus aguas al pantano de los Bermejales, que desagua por el cauce del río Cacín.

Fuente de la Teja

En este tramo se encuentra la Fuente de la Teja, de riquísima agua fresca, único punto en donde podemos abastecernos de agua, que no sea la del río.

Unos kilómetros más adelante, llego a unas abandonadas edificaciones de ganado, conocidas como Las Parideras, donde el carril se transforma en sendero y se introduce de lleno en un sombreado y espeso pinar, de suelo tapizado de vegetación mediterránea, destacando las extensas praderas de helechos, muestra evidente de la existencia de un elevado grado de humedad proveniente de las aguas del río Cebollón, que transcurre caudaloso y cantarino a nuestra derecha.

Río Cebollón

Aunque en los últimos tiempos se ha popularizado mucho esta ruta, un guarda forestal nos cuenta de la avalancha de gente que se deja caer en los meses veraniegos, sobre todo los fines de semana, provocando una presión en el medio natural, que está siendo insostenible, sobre todo cuando al caminar por el lecho del río, se produce un fuerte impacto sobre la población de cangrejo autóctono que está en vías de desaparición y fuertemente protegido, estando por ello, terminantemente prohibido el "senderismo acuático".

Sendero entre pinos y helechos

Para recorrer estos parajes, se ha habilitado expresamente, un precioso sendero que por una orilla u otra, con vadeos incluídos, va subiendo y permitiendo disfrutar de hermosos paisajes, llenos de espléndida belleza natural. 

Cascada dique IARA

A unos 4 kilómetros, se encuentra un dique construído por el IARA (931 msnm), para evitar la erosión del agua, y que produce una espectacular caída y remanso, ideal para darse un baño, sobre todo en las horas centrales del día.

Sigue el sendero subiendo, a izquierda y derecha del río, unas veces entre bosques de helechos, otras entre pinos, enebros y retamas,  En otras ocasiones, la vereda se hace voladora, cogiendo altura y regalando hermosas panorámicas del río y su valle.

Adentrándonos en el bosque

Al final, el sendero se retira del río por su orilla derecha (para saber el lado en el que estamos hay que ponerse mirando hacia donde van las aguas del río), empezando a subir fuertemente, por lo que me veo obligado a abandonarlo y penetrar directamente en el lecho del río, procurando ahora caminar, en sentido ascendente, siempre por las orillas donde no hay agua, siempre que es posible.

Pozas del Remanso del Tambor

El río se encajona, teniendo que salvar trepando grandes piedras, en las que se forman cascadas, rápidos y pozas, como las que existen en el Remanso del Tambor (1.047 msnm).

Cascada bajo puente Monticana

Finalmente, el río se encajona del todo en el paraje conocido como la Cascada del Puente de la Monticana (1.094 msnm), situado al pie del pico de Navachica (1.832 msnm), en donde ya no se puede continuar subiendo. En este punto, y después de un suculento bocado, reemprendo la vuelta, por el mismo trayecto, tranquilamente, saboreando el entorno, degustando los solitarios parajes, sin prisa y con cuidado, sobre todo en la superación de las rocas.

De vuelta por el sendero

Poco a poco, dejo las orillas del río, para volver al sendero, por el que mis pasos me traen de vuelta al aparcamiento de La Resinera.

El sol pega fuerte, la gorra mojada sobre la cabeza es todo un alivio.

Datos de la ruta:

- Recorrido: 22 kms

- Itinerario: Centro de Información La Resinera - Cruece aeródromo - Fuente la Teja - Las Parideras - Sendero río Cebollón - Cascada dique IARA - Cuesta del Pino - Hazuela de Puntas - Pozas del Remanso del Tambor - Cascada Puente Monticana - y vuelta por el mismo camino.

- Tiempo en movimiento: 6 horas 8 min.

- Acumulado: 373 m subiendo; 433 m bajando.

- Velocidad media: 3,6 kms/h

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