Desde el primer momento podemos contemplar a vista de pájaro el paisaje que nos rodea, identificando pueblos, cumbres y lugares, todo un privilegio y una suerte de contar con un día tan claro. Disfrutamos un ratico situando el Castillo de la Mota de Alcalá la Real que con toda nitidez se dibuja en la lejanía.
Llegamos a las canteras abandonadas y diseminadas en la meseta superior de la sierra, para desviarnos a la izquierda por medio de un espectacular lapiaz y acercarnos al magnífico mirador de la Caseta del Guarda, perfectamente situada y que permite controlar los incendios desde su estratégica perspectiva. Desde aquí y en dirección sur, tenemos el contraste del mar de nubes que oculta Granada y su Vega, marcando fácilmente el cauce del Genil. Al fondo, en primer término, vemos asomar del mar a Sierra Elvira, una isla, que da paso en la lontananza a las nítidas cumbres de Sierra Nevada. Hace frío, corre un aire que pela, pero cuesta trabajo retirarse del mirador y reemprender la marcha, hay algo mágico en el lugar que nos atrapa.
De nuevo campo a través por el lapiaz, nos vamos acercando al conjunto de antenas características del lugar y punto de destino de nuestra ruta. Sin detenernos y con ansia redoblada nos encaminamos hacia el Mirador de las Antenas situado en el lado izquierdo del bloque de antenas en dirección sur-oeste. Descansar, tomar un refrigerio y un trago de agua, sin apenas hablar, solamente fijando los ojos en el horizonte lejano, nos hace volver a sentirnos como aves que planean majestuosas en el cielo. Seguimos extasiados, como colgados del panorama azul del inmenso cielo.
Ahora toca bajar por medio de un gran pinar, con mucha pinocha y ramas secas, para llegar hasta la Hoya del Brezal después de un resbalón que otro, y por un carril a la derecha dirección sur tomar un carril que nos saca de la hoya. A unos 400 metros, nos encontramos con un carril que gira a la izquierda y que nos adentra en la conocida como la Hoya del Endrino y que va dirección norte, por un carril que transcurre unas veces entre pinos, otras enmedio del lapiaz y siempre con la mole de Parapanda a nuestra izquierda y el valle, con Íllora a nuestros pies a la derecha, Sierra Nevada al fondo y la Sierra de Madrid y los Tajos del Sol al frente.
Sin perder esa dirección, con preponderancia de bajada y alguna subida sorpresiva, bordeando la sierra, superando el puerto de la Artesilla y llegando a las inmediaciones del Cortijo de Juan Ramos con su charca y fuente donde se puede repostar agua, cerrar el círculo de nuestra ruta. Retomamos el carril de la mañana, ahora en sentido descendente, para volver al punto de salida en el que nos espera el autobús que nos recoge para el regreso.
Cansados del caminar, elevamos la mirada hacia la Caseta del Guarda y las Antenas que apenas se asoman, cuando alguien exclama señalando: "Fúuu, allí hemos estado".
Datos de la ruta:
- Senderistas 26 y 2 perros.
- Recorrido: 14,39 kms.
- Tiempo en movimiento: 3 h 33 min
- Acumulado subiendo: 595 m
Track de la ruta:
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