Del Barranco del Poqueira a Pórtugos pasando por la Tahá

En esta entrada queremos recoger el resultado de dos jornadas de camino por La Alpujarra Granadina lo que nos ha permitido acercarnos de nuevo a los blancos y típicos pueblos alpujarreños del Barranco del Poqueira, para acceder a continuación a La Tahá, terminando nuestros pasos en la preciosa localidad de Pórtugos. Cuatro senderistas y la perrita Muesli, hemos sido los afortunados.

Primera jornada, martes, 24/09/2019: Del Barranco del Poqueira a Pórtugos pasando por La Tahá.
Iniciamos esta ruta en el aparcamiento de Pampaneira, a primera hora de la mañana, algo más de las 9 h de la mañana, callejeando por las típicas calles pampanurias o jumás, oliendo golosos a pan recién hecho, comenzamos a subir por empedradas cuestas que nos van sacando del pueblo poco a poco y por un sendero muy bien cuidado inmerso en un continuado castañar, salpicado de nogueras y algún que otro roble, ascender sin descanso hasta Bubión, un remanso de paz, tranquilidad y claro ejemplo de "slow life", por la que bien se ha apostado los bubioneros o ahumaos. Caminar por las calles de Bubión, siempre proporciona una carga adicional de energía positiva.

Salimos de Bubión por el sendero GR7 que se dirige hacia el castañar centenario, lleno de míticos y ancestrales ejemplares de castaño. Saludamos a nuestro querido Bárbol, el gran castaño junto al camino, guardián de estos bosques y apretamos nuestros pasos por el serpenteante sendero que más tarde nos pondrá en lo más alto del Peñón del Ángel, peculiar paraje que nos regala hermosos paisajes del Barranco del Poqueira, con Bubión a nuestros pies, seguido del telón de fondo del Veleta, sobre el que se recorta, pacientemente extendida, Capileira. En este punto viene al pelo, un breve momento de respiro para llenar nuestras pupilas de tan preciosas imágenes.

Cambiamos de viso, y dejamos a nuestra espalda el barranco del Poqueira y comenzamos a adentrarnos en territorios de La Tahá, pasamos antes por el Barranco de la Sangre, lugar de luchas y escaramuzas y de curiosas leyendas de aquellos tiempos en los que peleaban moros y cristianos, llegando luego en primer lugar a Capilerilla, la del esbelto y salvado álamo negro, gracias a la insistente lucha por un árbol, que afortunadamente ganaron sus vecinos.

Pasamos junto a la fuente de Aben Aboo, lugarteniente del que fue rey de la Alpujarra, Aben Humeya y por un viejo camino enmarcado por una gran acequia y viejos castaños entramos como el que no quiere la cosa en los primeros tinaos y viviendas de Pitres, capital del municipio de La Tahá, formado por el ya mencionado Pitres y los núcleos de Capilerilla, Pórtugos, Mecina, Fondales, Mecinilla y Atalbéitar.

Descansamos en un poyete de la Plaza de Pitres, tomando un ligero avituallamiento, contemplando el tranquilo ir y venir de los pitreños o bárbaros protagonistas de curiosas anécdotas como aquella que pedía para Pitres "ser puerto de mar".

Salimos del pueblo por el viejo Camino de Mecina, una cuesta pronunciada, que en descenso y con muy mal piso hace dificultoso el caminar. Atravesamos fértiles terrazas convertidas en huertas, hasta llegar a la espectaculares eras de Mecina Fondales, encaminando nuestros pasos hasta Ferreirola, la del sonoro nombre que da cobijo a tierras cargadas de hierro y por ende de aguas ferruginosas.

Toca subir de nuevo, sin prisa y sin pausa, disfrutando del camino que nos lleva hasta "el barrio del veterinario", Atalbéitar, otro vivo ejemplo de pueblo alpujarreño, como fantasmal, silencioso, que sobrecoge en su calma. Un viejo perro atalbeiteño nos saluda cariñoso, mientras sentados en su sonora fuente, recuperamos el aliento y refrescamos las gargantas. Agradecidos al caudaloso manantial reemprendemos la marcha.

Nos queda ya superar la última subida por el antiguo camino que zigzagueante nos lleva hasta Pórtugos,  punto final de nuestro recorrido. Antes de dejar el pueblo, nos acercamos hasta el Bar del Lujar, donde saboreamos un riquísimo plato de puchero portugueño que nos sube los niveles de energía a cotas de felicidad inimaginable. Mañana volveremos a este punto para seguir nuestro caminar.

Datos y track del recorrido:

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Segunda jornada, miércoles, 25/09/2019: Circular de la acequia de Pórtugos a Busquístar - Camino Medieval - Atalbéitar y regreso a Pórtugos.

A las puertas del ayuntamiento de Pórtugos, contemplando al solecito mañanero la torre-alminar de la iglesia de Nuestra Señora del Rosario, nos preparamos para andar, mientras calmadamente unos gatos se desperezan, lo mismo que nosotros.

Tomamos un camino detrás del ayuntamiento que nos conduce a la acequia que baja de las faldas sur de Sierra Nevada, desde Trevélez, y que transcurre por los parajes de Las Lindes y Los Albercones. Se trata de una antigua acequia que con su correspondiente camino del acequiero recarga y fertiliza estas tierras, pasando por un grandioso bosque típico de la zona, lleno de castaños, robles, nogueras, helechos, etc,... un auténtico conglomerado de verdes creados gracias a la generosa existencia del agua.

Esta maravilla natural en su primera parte es una gozada para el senderista, luego se complica, el camino se hace inestable y aéreo, peligroso ocasionalmente, por lo que habrá de recorrerse adoptando toda las precauciones posibles. Finalmente conecta con el sendero GR/7 que sube a Trevélez, nosotros giramos a la derecha para descender rápidamente hasta Busquístar, en donde desayunamos copiosamente en la Casa Paco.

Disfrutamos de los amplios miradores busquisteños o chamuscaos que miran hacia el profundo barranco por el que transcurre el río Trevélez y por el que vemos la sinuosa línea que traza en la ladera derecha el Camino Medieval que se dirige hacia las ruinas de la antigua mezquita de Busquístar y hacia la zona de La Taha, lugar hacia el que dirigimos ahora nuestros pasos.

Bajamos y subimos hasta coger la cota apropiada por el Camino Medieval muy bien señalizado, vemos las escaleruelas del Conjuro y de Panjuila en el otro lado del barranco, y finalmente, se nos muestra en todo su esplendor la otra parte de La Tahá, con Pitres arriba y Fondales, abajo.

Caminamos primero en descenso y subiendo después por tierras cargadas de arroyos y acequias de agua ferruginosa de intenso color dorado que contrasta con el verde de la vegetación, se trata del que hemos bautizado como el rinconcillo del río Bermejo, un sitio que tiene unos tonos de color muy especiales. Seguimos subiendo de nuevo hasta Atalbéitar, pueblo por el que pasamos la jornada anterior y después tomando el camino que pasando por el Camino del Aguagria, excavado entre fabulosos castaños, llegamos directamente hasta Pitres.

Toca andar por la izquierda y en fila india, con toda la precaución del mundo por la carretera A-4132, hasta pasar el barranco en el que se cobija el Chorreron de Pitres, por el que estrepitoso cae el rio Bermejo, para tomar después, girando bruscamente a la izquierda el sendero GR/7 que directamente nos llevará de vuelta hasta Pórtugos, no sin antes disfrutar del fantástico mirador de la Era Cruz de Piedra y del típico portugueño barrio Churriana, de hermosas callejuelas, casas encaladas y preciosos tinaos. Finalmente desembocamos a la Plaza de la Iglesia de la Virgen del Rosario, punto en el que damos por terminada nuestra maravillosa ruta.

Nos confabulamos diciendo que hemos de volver a explorar las Escaleruelas de Busquístar, pero eso será otra historia.

Datos y track del recorrido:

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