Al Trevenque, de belenes y cabrillas.

Una costumbre muy arraigada entre los montañeros granadinos es la de subir al Trevenque, el rey de la media montaña, para colocar un belén en su cima. Esta costumbre que viene muy de atrás, con mayor o menor intensidad se viene manteniendo.

Recuerdo mi época juvenil, cuando cientos de montañeros nos dábamos cita en torno a la Navidad en la explanada de la Fuente del Hervidero, para a golpe de copita de anís y de buen ambiente, subir a la luz de las estrellas los diversos belenes, incluso grandes montajes, con esfuerzo, tesón y sana alegría.
De aquellos tiempos quedan, aunque ya algo menos, grupos de amigos y familias que sudan para subir el belén y primorosamente buscan el hueco en la cumbre que le dé cobijo, con el afán de que esté bien resguardado y que aguante lo mejor posible las duras inclemencias del tiempo de montaña.

En esta ocasión partimos del aparcamiento que está situado junto al Canal de la Espartera, para seguir el sendero PR que está perfectamente señalizado y que sucesivamente pasa por el Mirador de los Alayos, Arenales del Trevenque y la dura rampa de la Raspa, hasta llevar al último tramo, que habremos de acometer con extrema precaución, ya que a la abundante piedra suelta, se le suman algunas placas de hielo que hace que los últimos metros hasta hacer cumbre tenga su buena dosis de peligro.

Una vez arriba, la recompensa, como siempre, está más que garantizada. En esta jornada, tuvimos la suerte de disfrutar de un hermoso y soleado día, con algunas nubes pintando el cielo, el perfecto telón de fondo para contemplar las moles nevadas de Sierra Nevada en todo su esplendor. Un espectáculo inconmensurable, de los que te dejan la boca abierta y el espíritu cargado a tope de energía positiva.

Saltamos entre las piedras en busca de belenes, reconociendo el detalle de los montañeros que hasta allí los había subida, seguro que con gran esfuerzo, cuando el acentor alpino hace su curiosa aparición, y detrás de él una cabra hispánica, que sin recato ni temor se acerca hasta nosotros, se ve que acostumbrada a que le ofrezcan copioso alimento.

Prácticamente están domesticadas, y es que esa costumbre, sin mala fe, de alimentar a estos animales antaño salvajes, los ha ido domesticando. Es lo que dan los tiempos, y como todo, tiene su punto bueno y malo. No hacemos polémica y disfrutamos a tope del momento.

Si la subida es dura y hay que acometerla con cuidado, la bajada se nos antoja más exigente y peligrosa, así que cuidadín, cuidadín, llegamos hasta el final de la Raspa y optamos por hacer la vuelta por el carril que nos devuelve hasta el aparcamiento sin más problema, no sin antes despedirnos del Rey de la Media Montaña, con un "¡hasta la próxima viejo amigo!".

Datos de la ruta:
- Senderistas: 3 y la perrita Balto.
- Recorrido: 10,5 kms, circular.
- Tiempo total: 4h 45 min, 3 h 40 min en movimiento.
- Acumulado: 740 m subiendo; 751 m bajando.
- Media: 3,5 kms/h
- Indice dificultad IBP: 84, Media-Dura. Ver más datos IBP aquí>>>

Track de la ruta:

Powered by Wikiloc

Ver todas las fotos de la ruta aquí>>>